jueves, 31 de marzo de 2016

Estado actual de este ecosistema

El ecosistema no ha sufrido cambios radicales como muchos otros, pero por diversas causas se ha alterado de manera pequeña.

Las alteraciones que han sufrido se deben a la explotación de ejemplares de fauna, en este caso, para venta. En cuanto a los animales, sufren del mismo problema pues algunas especies son extraídas para funcionar como mascotas, etc.

Los Matorrales Xerófilos, considerados en conjunto, son quizá de las comunidades menos afectadas por las actividades del hombre, consecuencia lógica de las condiciones climáticas imperantes que por lo general no son favorables ni al desarrollo de la agricultura, ni al de una ganadería intensiva y el aprovechamiento de las plantas silvestres es asimismo limitado. La densidad de la población humana se mantiene en general baja y algunas regiones se encuentran completamente despobladas. Muy notables excepciones a este respecto constituyen las áreas de regadío, donde florece comúnmente una agricultura tecnificada y no queda huella  alguna de vegetación natural.

La agricultura sin ayuda de riego se practica a menudo en zonas de aridez menos acentuada,  próximas a los límites con otros tipos de vegetación. El algodón, el trigo y la soya son los cultivos más característicos de los terrenos irrigados, mientras que el maíz, la cebada y el sorgo son las plantas preferidas para tierras de temporal.





En algunas porciones de los estados de Hidalgo, Tlaxcala y México, existen plantaciones de maguey pulquero que cubren varias superficies de terrenos cerriles y de suelo profundo. El cultivo de nopal para tuna va ganando cada vez mayor cantidad de adeptos en algunas áreas del centro de país.  




La utilización más frecuente de los matorrales xerófilos es la que se practica a través de la ganadería, siendo las cabras los animales más comunes en estos ambientes, aunque en muchas partes también se pastorean reses, caballos, burros y borregos.

Las cabras parece estar particularmente bien adaptadas para alimentarse a base de arbustos, incluyendo los espinosos y exigen pocas cantidades de agua para vivir.

El efecto más notable que sobre la vegetación xerófila produce el pastoreo es la substitución paulatina de las plantas apetecibles para el ganado por otras que este no toca, efecto que se acentúa con el uso intensivo e irracional. Debido a ello, grandes extensiones de la altiplanicie se encuentran muy sobrepastoreadas, mientras que otras áreas, principalmente las poco pobladas permanecen sin aprovechamiento alguno.




La falta de recursos hacen que el hombre que habita las regiones áridas se empeñe más en obtener provecho de la vegetación natural que él vive en áreas con suficiente agua. De esta manera un gran número de plantas silvestres se utilizan para fines de construcción, como cercas vivas, como combustible, como textiles, medicinales y aún como alimenticias, sobre todo en épocas de escasez. Los efectos de su empleo a menudo son muy notables en los alrededores de los poblados, pero pocas veces a mayor distancia.

Unas cuentas especies, en cambio, son objeto de explotación intensiva con fines de comercio e industrialización en escala más o menos importante.

Entre estas cuenta en primer lugar la "candelilla" (Euphoria Antisyphilitica) de cuyos tallos se obtienen cera de buena calidad, y que se explota principalmente en Coahuila y en algunas área adyacentes. Las fibras duras o "ixtle" para la fabricación de cordones, costales, bolsas y otros productos se obtienen principalmente  de las hojas tiernas de la "lechuguilla" y de la "palma samandoca", distribuidas de San Luis Potosí a Coahuila y Chihuahua. Distribución aproximadamente análoga tiene el "huayule", arbusto con alto contenido de hule, que se explotó para este fin durante la  Segunda Guerra Mundial.

Bibliográfia:
-http://www.biodiversidad.gob.mx/ecosistemas/Matorral.html
-http://www.parquebicentenario.gob.mx/jardines/xerofilo.html


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